Empate con sabor a hazaña: Independiente resistió con 10 y le sacó un punto a River

En un clásico cargado de tensión y emociones, Independiente logró rescatar un empate 0-0 frente a River en Avellaneda, a pesar de haber jugado casi todo el partido con un hombre menos. El equipo de Carlos Tevez, que se quedó con diez jugadores a los 11 minutos del primer tiempo por la expulsión de Santiago López, mostró una enorme solidez defensiva y carácter para sostener el resultado. River, en cambio, volvió a dejar dudas y acumuló su quinto empate consecutivo en la Liga Profesional.

El conjunto de Núñez no encontró los caminos para romper el cerrojo de un Rojo aguerrido, que ya se ha acostumbrado a sobreponerse a situaciones adversas. Independiente suma ahora seis partidos sin derrotas —tres victorias y tres empates— y en todos ellos logró mantener el arco en cero, incluso jugando en inferioridad numérica.

La roja temprana a López obligó a reordenar todo. Tevez, que ya venía lidiando con varias ausencias por suspensión (Vera, Laso y Damián Pérez no estuvieron disponibles), tuvo que reconfigurar el equipo una vez más. De un 4-3-3 pasó a un 4-4-1 más conservador, cerrando espacios y priorizando el orden. La receta le volvió a funcionar: ya había resistido 77 minutos con diez ante San Lorenzo y más de una hora con uno menos frente a Racing, partidos que también terminaron 0-0.

River tuvo la posesión durante gran parte del primer tiempo, pero no supo capitalizarla. Le faltó velocidad, profundidad y precisión en los últimos metros. El equipo dirigido por Martín Demichelis no mostró una identidad clara ni el ADN combativo que alguna vez caracterizó a los equipos de Gallardo. Fonseca no logró imponerse en el mediocampo, Echeverri estuvo apagado, y Borja, demasiado aislado, casi no recibió pelotas claras.

En el segundo tiempo, los ingresos de Manuel Lanzini y el joven Franco Mastantuono (de solo 17 años) le dieron algo de frescura al Millonario. Mastantuono, con personalidad y movilidad, fue de lo mejor del visitante. Sin embargo, más allá de un par de ocasiones de Borja que no terminaron bien, River no encontró la llave para vulnerar a una defensa de Independiente que se mantuvo firme y concentrada.

Con el ingreso de Fedorco, el Rojo se paró con un 5-3-1 que reforzó su estructura defensiva. Montiel hizo un gran desgaste físico, Ávalos aguantó cada pelota larga que le llegó y el mediocampo se mostró compacto. Incluso, estuvo cerca de quedarse con el triunfo: Pellegrino convirtió, pero una mano previa de Fedorco invalidó la jugada.

El pitazo final dejó dos sensaciones distintas: satisfacción en el equipo local por haber resistido con valentía en un contexto muy difícil, y frustración en River, que no logra reencontrarse con su mejor versión ni transformar la posesión en goles. Mientras Independiente crece desde la solidez, el Millonario sigue en deuda con su juego.

Entradas relacionadas