Fuerte rechazo en EE.UU. al plan de Trump de importar carne vacuna de Argentina

La propuesta del presidente Donald Trump de importar carne vacuna desde Argentina, surgida como una posible estrategia para bajar los precios al consumidor tras un paquete de ayuda de 20 mil millones de dólares a la nación sudamericana, ha generado una ola de críticas en Estados Unidos. La medida enfrenta una dura oposición tanto de figuras políticas bipartidistas como de las principales asociaciones de la industria ganadera.

Rechazo político bipartidista en Iowa

En Iowa, un estado clave para la producción de carne, el candidato demócrata al Senado de EE.UU., Josh Turek, se alineó con los productores locales para oponerse firmemente a la importación. “Es de vital importancia que, además de buscar la baja de costos, nos aseguremos de proteger a nuestros productores y proveedores”, declaró Turek durante una conferencia de prensa virtual.

El demócrata sugirió la creación de políticas que exijan el etiquetado del país de origen en alimentos como la carne, permitiendo así que los compradores puedan optar por “apoyar los alimentos cultivados y producidos localmente”.

La oposición a la medida no se limita a un solo partido. El senador republicano Chuck Grassley, también de Iowa, ha manifestado públicamente que Estados Unidos no debería importar carne de Argentina. Turek es uno de los siete candidatos que compiten por el escaño del Senado en Iowa, enfrentando a otros demócratas y a tres contendientes republicanos, incluida la actual congresista Ashley Hinson.

La dura advertencia de los productores

Las organizaciones que representan a los ganaderos estadounidenses han sido contundentes en su respuesta. Zippy Duvall, presidente de la American Farm Bureau Federation, criticó la lógica de la propuesta. “Las familias de los agricultores no son diferentes de otras familias estadounidenses: sentimos el impacto de los costos más altos en el supermercado, pero no fijamos los precios”, comentó.

Duvall describió la grave situación económica que atraviesa el sector: “Los gastos siguen siendo altos y las explotaciones ganaderas han sido diezmadas por años de precios bajos, sequía y la amenaza del gusano barrenador. Apenas están comenzando a experimentar una frágil recuperación”.

“Una idea equivocada que manipula el mercado”

Duvall advirtió que este es un “momento crucial” para los productores que deciden si repoblar sus pasturas, y que un aumento de las importaciones podría tener la “consecuencia no deseada de aumentar la dependencia de otros países para nuestra alimentación”.

La National Cattlemen’s Beef Association (NCBA), la asociación más grande del sector, fue aún más directa y calificó la idea de Trump como “equivocada”. “Los ganaderos y ganaderas no pueden apoyar al presidente Trump mientras socava el futuro de los agricultores y ganaderos familiares importando carne argentina”, afirmó la NCBA en un comunicado.

Colin Woodall, CEO de la NCBA, agregó que “los esfuerzos por manipular los mercados solo arriesgan dañar el sustento de los ganaderos estadounidenses, mientras hacen poco por impactar el precio que pagan los consumidores”. Woodall instó al presidente a “abandonar este esfuerzo” si “realmente es un aliado” de los productores.

Desequilibrio comercial y críticas desde el Congreso

La NCBA también aprovechó para señalar el profundo desequilibrio comercial que ya existe con Argentina. “Durante los últimos cinco años, Argentina ha enviado carne por valor de más de 800 millones de dólares a Estados Unidos, mientras que solo compró 7 millones de dólares en carne estadounidense”, detalló la organización, pidiendo que se “deje funcionar a los mercados ganaderos sin interferencias”.

La oposición se extendió al Congreso, donde ocho miembros republicanos de la Cámara de Representantes enviaron una carta a la Casa Blanca expresando su preocupación. El congresista de Wisconsin, Derrick Van Orden, advirtió que “inundar nuestros mercados con carne extranjera de Argentina socavaría a los hombres y mujeres trabajadores que ponen comida en las mesas de Estados Unidos”.

“Entiendo la importancia de mantener a Argentina fuera de la esfera de influencia de China, pero no podemos hacerlo a expensas de nuestros propios productores”, sentenció Van Orden. “La seguridad alimentaria estadounidense es seguridad nacional”.

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